s lo primero que escribo en mi nueva casa: escucho a Sinéad O’Connor; hace unos momentos la veía ensayando para el concierto del treinta aniversario de Bob Dylan, en 1992; el pelo corto, al ras de la cabeza, y sus rasgos de ángel, con una playera larga y unos pantalones de mezclilla, parada frente al micrófono soltando suavemente, “I believe in you, even troug the tears and the laugther”. Sus pestañas de ángel, sus ojos de ángel, sus pupilas de ángel…sigue leyendo
Jugar a no perder o ganar el universo
Puedo usarla para vivir y disfrutar mucho más el mundo de las flores, del sudor, de la alegría, del cuerpo y los orgasmos, de la emoción, de la lluvia en la piel, del olor a humedad, del frió y el calor, del espacio infinito, del sol y del corazón, el infinito corazón, mi infinito corazón y tu infinito corazón tapizado de estrellas y moléculas y átomos y energía danzando y celebrando la vida y el estar aquí, empapados de estrellas, de brillo, de dolor, de experiencia y por sobre todo de Dios…sigue leyendo