s lo primero que escribo en mi nueva casa: escucho a Sinéad O’Connor; hace unos momentos la veía ensayando para el concierto del treinta aniversario de Bob Dylan, en 1992; el pelo corto, al ras de la cabeza, y sus rasgos de ángel, con una playera larga y unos pantalones de mezclilla, parada frente al micrófono soltando suavemente, “I believe in you, even troug the tears and the laugther”. Sus pestañas de ángel, sus ojos de ángel, sus pupilas de ángel…sigue leyendo