Cuando la ronda de preguntas llegó al publico que abarrotaba el salón de conferencia de la FIL, me atreví a hablarle. Con el corazón hecho una pedazos, retumbando como una decena de avalanchas deslizándose desde él, le dije que no tenía palabras para agradecerle todo lo que me había dado y que me diera un consejo para ser escritor. Y Ray Bradbury me dijo: “Escribe…sigue leyendo