Hace un chingo de años, seis, para ser exactos, escribí una lista con mis gustos y la publiqué en este blog. El ejercicio jaló bastante y un montón de ustedes, queridos lectores, se rifaron sus propios me gusta: largas listas de gustos personales con los detallitos que más disfrutamos de estar vivos. Y la lista, después del ultimo punto, se vuelve un poema instantáneo, un manifiesto personal para imprimir y traer en la cartera para que nos recuerde porque nos levantamos todos los días.
Pero, como bien saben, en seis años pasan muchísimas cosas, un chingo, demasiadas. En mi caso, para no mencionarlas todas, diré que me enamoré, me arrejunté con mi chava y tuvimos un hijo. Así que con tantos cambios ahora me gustan otras cosas, otras me siguen gustando igual y otras de plano ya no me interesan.
Así que aquí va mi me gusta 2.0. Si ustedes ya hicieron el suyo hace seis años, escriban también su segunda versión, y si nunca ha hecho el ejercicio: ¡Háganlo! Van a ver como escribirlo, por más sencillo que parezca, hace que todas las células de su cuerpo salten de alegría.
ME GUSTA
Me gusta abrazar a Lydia con todo mi cuerpo, encuerados. Me gusta verla despeinada como cavernícola cuando nos despertamos. Me gustan los besos triples, donde yo le doy un beso a mi hijo, mi hijo a su mamá y ella a mí, en un loop infinito de ternura. Me gusta ir a comer tacos árabes a la Perica después del taller de novela. Me gustan los cigarros de silencio, los que apagan el ruido con cada calada. Me gusta asomarme en la mañana por la azotea y ver cómo el frío aprieta los edificios y cómo otras familias se acurrucan adentro de los hornos calientitos de sus casas. Me gusta leer para olvidarme de mí mismo y el mundo, y llegar a un punto del libro donde la historia me recuerde, más fuerte que antes, a mí mismo y al mundo. Me gusta dejar a mi hijo en las mañanas en su guardería, abrazarlo antes de que sus maestras se lo lleven al salón, dejar que me de un beso y la bendición con sus manos de grillo morenito de tres años. Me gustan las noches, cuando después de inventarle a mi hijo un cuento de la Víbora Panchita, le digo que ya no es hora de platicar, y que lo amo mucho, muchíiiiiiiiiiiiisimo, hasta el infinito. Me gusta sentir el peso de sus huesos cuando lo cargo en los hombros y platicar con él y bailar el “pumba pumba”cuando llega de la escuela. Me gusta el Guardían en el centeno. Me gusta concentrarme y colar los bulgaros con cuidado. Me gusta caminar. Me gusta la cara de gato persa blanco, muy fino, de mi chava, y su cuerpo esponjoso, y su ojos cafés pero no cafés. Me gusta confiar en mí, a pesar de que las cosas vayan lentas y me esté cagando de miedo. Me gusta estar con mi papá y abrazarlo y olerlo como si yo todavía fuera un niño, aunque ya tengo 33 años. Me gusta que mi mamá me cuide, y me de besos, y me gusta oír las canciones que ella oía cuando éramos chiquitos y vivíamos solos en una departamentito en Xochimilco y yo tenía miedo, porque sentía que nos iba a pasar algo. Me gusta la melenita de mi hermano cuando era niño y sus ojos chinos de Jaguar. Me gusta ser papá, aunque casi todo el tiempo tenga miedo de que se vaya enfermar o morir. Me gusta la poesía y como las imágenes muerden las páginas y saltan y nos clavan los dientes por dentro. Me gusta la ciencia ficción y la fantasía y los viajes en el tiempo. Me gusta la comida árabe. Me gustan los sueños porno donde hay montones de culos y tetas y labios carnosos y brillantes y todas me desean ardientemente. Me gustan los labios de Scarlet Johanson y masturbarme pensando en ella. Me gusta correr y sentir las piernas quemándome, cayendo contra el cemento muy fuerte como las teclas en una máquina de escribir gigante. Me gusta la rabia, la que empuja y me despierta y me hace querer cambiar y romper lo que no funciona. Me gusta la calma que me abraza y me dice que no tengo que correr ni romper ni cambiar nada. Me gusta ser vulnerable y quebrarme. Y luego crecer, a tientas, descubriendo la salida con las manos. Me gusta Tex Tex y Bob Dylan y Rubén Blades y Cake y Tom Waits. Me gusta la salsa, oscura, que avienta los cuerpos unos contra otros en las pistas de baile y remueve los estómagos y concentra el deseo. Me gusta True detective y Bomarzo y Los ríos profundos y Nick Hornby y Jack Kerouac y Ursula k Leguin. Me gustan las playas cuando llueve y el expreso doble cortado. Me gusta comer en la calle. Me gusta el dolor de músculos cuando empiezo a hacer ejercicio después de mucho tiempo de no hacer nada. Me gustan las ráfagas de perfume de las chicas bonitas cuando nos cruzamos en el metro. Me gusta el aguacate y la salsa de chile de árbol preparada con aceite. Me gusta jugar al Kraken con mi hijo, decirle que lo voy a pulir y soplarle en la panza hasta que él se escapa y me dice que empecemos otra vez. Me gusta cuando la coraza se rompe y no puedo dejar de llorar y el aire es más frío y los colores están más vivos. Me gusta acurrucarme y pegarme a Lydia y que me diga “pégate tu gutria”. Me gusta que me diga que soy guapísimo y tengo ojos de foca. Me gusta la Doctora juguete y Yo Gabba Gabba y Pingu y Go Diego Go y Toy Story y Jorge el curioso Y Peppa Pig. Me gusta Twitter y probar comida de países que no conozco. Me gustan las novelas gráficas. Me gustan los tatuajes y las chicas con tatuajes: cada centímetro de su piel cubierto por una carretera de historias. Me gusta escribir. Escribir, edcribir y escribir. Me gusta escribir y fumar sintiendo los golpes de la emoción correr desde mis pulmones hasta las teclas. Me gusta Escribir ciego, con rabia o con miedo. Me gusta escribir, sin saber que chingados quiero escribir.
¡Escriban sus Me gusta aquí en los comentarios!
Beto dice
Lo que me gusta a partir de una madrugada comun durante un dia idem:
despertar solo, en mi cama; rodeado de las cosas que me son familiares y los ruidos, luces y sombras que me acompanian cada noche. Me gusta el sentirme vivo, cuando hago ejercicio (gracias al consejo de una amiga que practica Yoga) para estirarme, como los felinos suelen hacer, a fin de evitar los dolores de espalda que a veces aquejanme. Me gusta ir a mear y/o cagar con total impunidad, libertad o exencion, pues se que estoy solo y por tanto a nadie podria importunar si dejo la puerta del banio abierta. Me gusta chequear lo que pasa con la vida de mis seres queridos via Facebook, txt, email y/o wassup, via por la cual llegue a este ejercicio, por ejemplo. Me gusta jugar con la tecnologia: desarmar computadoras, lentes, cualquiera otro equipo electronico o mecanico que sea suceptible de ser despojado de sus partes internas y que tenga la fortuna, buena o mala, de caer en mis garras. Me gusta en aire de la maniana, generalmente fresco y a veces hasta limpio. Me gusta escuchar en la co
cina el paso del autobus que recorre la calle de enfrente y cuyo ruido me recuerda que a algun vecino aqui debe utilizar tal servicio en las altas horas de la madrugada. Me gusta poder prepararme mi desayuno justo a la hora que deseo y con las cosas que pude encontrar en las ofertas de los dias anteriores; inventos, creaciones, hallazgos culinarios que a veces ocurren por la fuerza de la razon y por la razon de la fuerza. Me gusta baniarme con la puertota del banio abierta (si el clima lo permite) y escuchar musica mientras tal cosa hago. Me gusta ir al trabajo o a donde sea que debo trasladarme en mi bicicleta; una de las 5 que he tenido a bien rescatar del abuso al que algun tipejo(a) las sometio y ahora me sirven como medio de transporte ideal en el pequenio pueblo de Londres, donde (parafraseando a Cristina Pacheo) me toco vivir. Me gusta la relativa independencia que tengo respecto de otros moradores del pueblo este, pues gozo de un permiso, cuasi un privilegio, por utilizar di
cho medio para viajar. Me gusta conocer sitios nuevos, viejos, raros, diferentes, frios, sucios etc. Londres tiene un poco de todo y para todos y todas. Me gusta comer despacio, muy despacio. Alguna enemistad ganeme por ingerir mis alimentos de manera pausada, pero asi funciono mejor y mi cuerpo me lo agradece. Me gusta el cambio que intento dar a mi vida, hacia el magisterio. Mi hijo Oscar me abrio los ojos sobre lo nutritivo que es poder ayudar a alguien a ilustrarse en algo, una cosa, un pensamiento, una idea, un suenio. Tener la posibilidad de instruir a una persona y, asi ampliar su entendimiento, me gusta. Mas que gustarme, me da la razon del porque poseo yo cierto conocimiento. Me gusta tomar fotos de gentes, lugares y sucesos que pasan por donde sea que mis pasos o pedalazos me llevan. Me gusta visitar a mis amigos, cuya prole grande, como eran antes las familias de Mexico, alborotada transcurre su existencia con 4 menores, 3 ya adolescentes y uno mas pequenio y que me permi
ten convivir mi existencia y la suya en esta ciudad. Me gusta compartir con mis amigos la pasion que ambos tenemos por el futbol; ellos desde su colombiana nacionalidad, orgullosa y ahora tan fuerte, y yo desde mi distante aprecio por el deporte, lo que me permite librarme de nacionalidades y rivalidades para solo disfrutar del juego en si. Me gustan los retos y por eso ahora mismo estoy retomando la escritura mediante este ejercicio. Me gusta esta ciudad; cara capital de un oneroso pais, con sus fallas y peculiaridades, en la que ya llevo cuasi 15 anios. Me gusta mi casita, que ofreceme cobijo y calor en el algido Londres. Me gusta haber escrito esto. Saludos Alex.
Pd. una cosa que me gustaria es pedirte a ti y a tu mujer que disfruten cuanto mas puedan a su hijo. Con esto me refiero a que los ninios (as) se desarrollan y van cambiando. Las cosas que hacen y dicen ahora, son cuasi unicas y por experiencia propia se que lo mejor que puede hacer un padre o madre es regocigarse y recrearse con sus ocurrencias, suenios y dudas cuando estas se presentan.
Ale dice
Beto, gracias por compartirlo. Que chingón debe de ser ese pueblucho de Londres. Me gustó mucho eso de los ruidos afuera de tu casa y de cruzar la ciudad en bici. 🙂
Lyda dice
Qué bonita propuesta, la leí por curiosidad y realicé el ejercicio a causa de un bloqueo mental. Hay cosas en la vida que te gustan tanto, te hacen tan feliz, que solo pensarlas te roba sonrisas. Aquí van mis “me gustan”:
Me gusta abrir los ojos y buscarme en el espejo para sonreirle a mi reflejo e invitarlo a empezar el día con energía bonita. Me gusta estirar cada músculo de mi cuerpo al levantarme y sentir el frío del suelo con mis pies antes de hacer yoga. Me gusta tomar infusiones mientras hago yoga. Me gusta ver a mi mamá y contemplarla como a una niña, reír con ella como dos idiotas de cosas de las que los adultos “normales” no se reirían con nosotras. Me gusta recostarme en su hombro, su pecho o su estómago y que me revuelva el pelo como cuando era pequeña. Me gusta abrazarla y sentirla chiquita, pero llenita de vida en mis brazos. Me gusta que el viento intente golpearme duro, durísimo, como empujándome a vivir, mientras juega con mi pelo, mi ropa, conmigo misma. Me gusta el café, el brownie, el helado ?sobretodo cuando hace frío? el té, las aromáticas, la comida italiana y sacrificar mi colon con las salsas de la misma de vez en cuando. Me gusta compartir sushi con alguien a quien le tenga confianza, más por jugar con los palitos que por otra cosa. Me gusta la música, medir el tiempo en canciones, silbar cuando estoy contenta o planeo maldades, bailar mientras me visto, brincar a su ritmo cuando estoy sola en casa, encontrarme con una canción que evoque un recuerdo cuando y donde no me la espero. Me gusta la soledad cuando la necesito, caminar despacio mientras canto alguna cosa o hablo conmigo misma en voz alta, sentarme en un parque o un muro en la calle y tomarme unos minutos para mí misma, buscar a la luna y mirarla un rato mientras le pregunto que hará la semana que viene, o cuando no la pueda ver. Me gusta la cerveza. Beber con mis amigos mientras cantamos, filosofamos sobre la luna, planeamos una lobotomía, creamos historias o desciframos el secreto de vivir al ritmo de buen rock ?u otro género, pero siempre con música?. Me gusta leer, comprar libros para almacenar porque no he leído los de la compra anterior y me gusta mucho más cuando llega el momento de retirarles el empaque y hundirme entre letras en una nueva historia, en pensamientos ajenos. Me gusta esa sensación de que las palabras se me están desbordando y entonces me obligan a tomar un lápiz y una hoja, la tiza y el tablero de mi alcoba o un nuevo documento en el computador y contar una historia, crear personajes, revivir o inventar memorias para escribir. Me gusta descubrir a mi papá, no como papá sino como amigo, compartir lecturas y opiniones culturales de gustos comunes que nos negamos a reconocer abiertamente. Me gusta descubrirlo en errores respecto a autores de obras y poderle enviar un correo diciéndole, además del error, que le deseo lo mejor en el día. Me gusta caminar descalza, el clima frío, asociar personas con caricaturas para recordar sus rostros, descubrir cosas nuevas, recomendaciones de música, películas o libros acertadas, me gusta sonreír y la creatividad de los niños en sus simulacros de charlas de adultos cuando se encuentran conmigo.
Ale dice
¡Ehhhh! Bienvenida al blog, Lydia. Un placer leerte. Esto es lo que más me gusta de este ejercicio, que es una cadena de retroalimentación interminable. Entre mas leo lo que le gusta a los demás más descubro cosas que también a mi me gustan y de las que no me acordaba.
En tu caso, me gustó la imagen de tus pies fríos, verte abrazando a tu mamá, el viento empujándote, y las canciones.
¡Abrazos!
Julia Vidales dice
Me gusta ser yo, enojarme con la realidad por simplona y tener un lugar en mi mente donde puedo refugiarme, escuchar mi voz en mi cabeza cuando todo está en silencio, me gusta crear mundos e iniciar aventuras para descubrir sus secretos, me gusta que el espacio en mi cabeza sea infinito y pueda albergar tantas y tantas cosas y caras y vidas, me gusta asomarme a la vida y robarme colores, olores y sensaciones y jugar con ellos combinándolos y recombinándolos, me gusta llegar al trabajo y salir de mi mente con el sonido del elevador al llegar y no saber de que hablan los demás cuando se quejan del tráfico y asentir siempre y agrear, “si estuvo terrible” para que no sospechen que mi realidad y mi fantasía son una, me gusta enojarme por las injusticias y discutir con los demás porque creo que no discutir es aceptar. Me gusta mi trabajo porque me exige pensar todo el tiempo, me gusta toparme con problemas difíciles de resolver, me gusta sentirme bloqueada para tener que ir de nuevo a mi mente y enfrascarme y olvidarme del frio y el calor y convertirme en un banco de peces que nada en el mar sin preocupaciones y recordar de pronto que tengo manos y regresar a la realidad, a mi trabajo, con la respuesta al problema sin saber cómo llegó a mi cabeza. Me gusta llegar a casa y encontrar a mi marido con cara de Oso, ayudar a mi cachorro con su tarea, hacer las voces de nuestras mascotas o las cosas que nos rodean y se quejan de nuestro comportamiento, me gusta que ellos se rían y se diviertan con mis locuras. Me gusta leer y vivir las historias escritas y viajar con los autores en el tiempo y el espacio y envejecer con ellos y seguir siendo yo. Me gustan las canciones con letras que dicen algo y robarme los sentimientos ajenos y hacerlos míos. Me gusta haber muerto cuando tenía 8 años porque después de eso nada fué igual, me gusta respirar, aún cuando me cuesta mucho trabajo. Me gusta sentir que todo está resuelto para descubrir que es mentira. Me gusta iniciar cada día y terminar cada noche, me gusta sentirme satisfecha al final de cada día. Me gusta el cuerpo de mi marido en mi cama, me gusta que mi hijo me pida su beso de buenas noches. Me gusta que la gente me odie, me gusta que la gente me ame. Me gusta hacer felices a los demás, me gusta hacerlos enojar. Me gusta reirme y hacer reir. Me gustan los contrastes de esta vida que te lleva del llanto a la carcajada como el clima de esta ciudad te lleva del frio al calor a la lluvia en un sólo día. Me gusta aprender cosas. Me gustan los contrastes de ser yo. Me gusta tener una personalidad para cada ocasión. Me gusta ser siempre yo y nunca la misma.
Mina dice
Me gusta despertar y asomarme a la cuna de mi pato, y verlo pasar del llanto a una sonrisa enorme al verme. Me gusta subirme al carro y poner Wildwood Flower y cantarla a voz de grito y escuchar como mi chamaco trata de cantar conmigo. Me gusta aventarme en mi cama y pedirle a Roberto que me tienda junto con ella para sentir como me van aplastando y dando calorcito cada capa de cobijas. Me gusta el café de calcetín del Oxxo y tomarlo super calientito y sentir como sacude todo mi cuerpo para despertarlo. Me gusta llegar en las noches y acercarme a la cuna de pato y sentir como un golpe en la nariz todo su aroma de bebé. Me gusta salir a mi balcón en las noches y tomarme un cerveza con Roberto mientras nos contamos nuestro día. Me gusta dibujar y perderme durante horas en el papel y sus luces y sombras. Me gusta el aroma de los libros viejos. Me gusta que Roberto me diga “cabeza” para acercarse y abrazarme en las noches. Me gusta que pato me pida con aplausos que le baile y le cante Sopa de caracol o cualquier cosa que se me ocurra en el momento. Me gusta ronronearle a mi hermano y decirle que lo amo y ver su cara de “me gusta, pero no me gusta”. Me gusta darle de comer y gritarle holaaaaaaaaaa¡¡¡¡ al perro de mi vecina desde mi balcón y verlo emocionarse como si me conociera de años. Me gusta platicar con mis papás y verlos hablar al mismo tiempo sin poder entenderle a ninguno, y que ellos ni cuenta se den que lo hacen y sigan hablando como si les entendiera. Me gusta ir al cine y emocionarme como niña chiquita tratando de creer que lo que estoy viendo en la pantalla es real. Me gusta manejar con la música super alta y bailar y cantar como si solo existiera yo. Me gusta estar sola en mi casa y sumergirme en un buen libro. Me gusta esperarme toda una temporada de mis series favoritas y luego ver todos los capítulos en un solo día y quedarme con todas las ganas de ver que va a pasar en la siguiente temporada. Me gusta ver peliculas de terror y luego sentir un ligero subidon al pararme sola de noche por agua. Me gusta el mar, amo el mar. Me gusta la soledad. Me gustan los juegos mecánicos fuertes, como se encoje tu estomago y te sientes entre libre y atrapado, entre feliz y asustado, entre capaz de volar pero sin querer realmente hacerlo. Me gusta bailar. Me gusta cantar. Me gusta escribir, aunque ya no lo hago por falta de inspiración. Me gusta ir en el carro con Roberto y hacer coreografías con él aunque nos puedan ver, y luego reirnos. Me gusta el vino tinto y su efecto adormecedor de emociones. Me gusta la lealtad. Me gusta cuando me enojo y controlo lo que quiero hacer o decir, porque eso me hace sentir poderosa. Me gusta cuando pato se emociona conmigo y me pone sus manitas en mi cara y se acerca de golpe a besarme. Me gusta cuando pato me busca y me dice mamá. Me gusta la sensación de que mi cuerpo me grita de felicidad cuando tomo agua. Me gusta hablar con Juanito británico de mi iPhone y que me diga “Mina, your language” cuando le digo “Fuck”. Me gusta la pizza, y siempre ando buscando una que sea magnifica e inolvidable. Me gustan las palabras ladybug y Rumpelstiltskin. Me gusta la gente que sabe reconocer cuando esta mal y cambia para ser mejor, sin orgullo ni ego atravesados. Me gusta el pato cobija de mi pato. Me gusta la hormiguita que vive en mi escritorio y que parece muy feliz de compartir espacio conmigo sin pleitos ni aplastones. Me gusta Roberto y su barba. Me gusta la noche combinada con lluvia, me hace sentir libre y feliz, y me dan ganas de salir y brincar en charcos, y correr, y al mismo tiempo me dan ganas de acurrucarme en un sillón y ver peliculas comiendo palomitas. Me gustan los días en que mi hermano me ama y me apapacha. Me gustan los juegos de terror y ese poder que tienen de hacerme gritar, saltar y moverme como loca en la realidad, porque para mi, realmente tengo que esquivar esos monstruos. Me gusta recordar a mi abuelita Licha y su piel de duraznito y su aroma como talquito. Me gusta Humpty Dumpty y el Señor Cara de Papa. Me gusta la coca cola, aunque ya no quiero tomarla. Me gustan las fotos y su magia de atrapar momentos para siempre. Me gusta comer con Roberto y robarle merma y a su vez darle la mía sin que me vea y ver luego su carita de “me volviste a dar tu comida”. Me gusta ir a conciertos y sentir tanta energía junta en solo lugar. Me gusta cuando Roberto me dice enojado… Catalina¡¡¡¡. Me gusta mi familia. Me gusta quien soy, me gusta que quiero cambiar y evolucionar todo lo que se pueda. Me gusta haber escrito esto.
Muchas gracias Ale, me encanto hacer esto, aprendí cosas de mi y hubiera puesto muchas cosas más que iban saliendo mientras escribía, pero me aguante porque sino no hubiera acabado jamás jajajaja
Ale dice
Julia. Gracias por tu me gusta. Me gustó mucho, saliendo de tu mente con los crujidos del aparato al llegara tu oficina, y me dejó intrigado esto: “Me gusta haber muerto cuando tenía 8 años porque después de eso nada fue igual, me gusta respirar, aún cuando me cuesta mucho trabajo”.
Gracias por compartir
Ale dice
¡Guau, Mina, qué chingón te quedó! Me di un buen viajezote con tu vida y tus gustos. Me gustaron un buen de cosas, hay un chingo de imágenes y sensaciones, como ver como te tienden con capas y capas de cobija y el golpe de olor apretado en tu nariz cuando ves a tu bebé y verte con tu chico tomando cerveza en un balcón. ¡No manches, no dejes de escribir!
Julia dice
Ale,
Soy asmática, mi primer ataque fué a los 8 años y aunque evidentemente lo sobreviví, pasé por ese peculiar proceso en el que después de luchar como bestia, me di por muerta, abandoné la vida, me dejé llevar por la nada, caminé el final y cuando me di cuenta que iba a seguir viva, comencé a valorar todo, desde respirar.
Saludos
Ale dice
Gracias de nuevo por compartir. Nada como probar las cosas por primera vez después del descenso a los abismos. Espero seguir leyéndote. Saludos.
Oralia dice
Me gusta…me gusto leerlo cuando justo tomaba un expresso, me gusta saber de personas enamoradas de la vida
Ale dice
Oralia, que chido que te gusto el me gusta, me gustaría mucho leer de las cosas que te gustan a ti. ¡Saludos!
Karla G dice
Creo en la poesía porque me gusta creer en ella; me gusta escribir y sinceramente no se bien qué
es lo que escribo, descuido de ello. Escribo porque las letras todavía pueden ser potentes a la
vista y me gusta que la palabra; aquella que se llena de tinta, tan olvidada, tan permanente, me
ayude averiguar lo desconocido del alma. Escribir para recordar, escribir para olvidar, por eso lo
hago. Me gusta (por ejemplo) hacer historias cada que uso mi collar plateado, hoy imaginé que un
niño de ojos grandes negros lo vendía a cambio de un juguete. Me gusta la foto, ver fotos, hacer
fotos, tomar fotos, como si fuese un vicio. Me gusta ir a escondidas al closet de mis abuelos, sacar
la vieja maleta azul en la que guardan sus fotografías -toda una vida en una maleta- creo optaron
por guardarlas en la maleta, para ir entendiendo que algún día se irán de viaje, supongo. Me
gustaba ver películas viejas con mi abuelo, hace tiempo que no lo hago, ver como él se sabía los
diálogos y canciones. En las fotos y en las películas, me gusta el blanco y negro, creo que así
puedo mirar por más tiempo los brillos y contrastes, me gusta el color, pero más el tono
anaranjado de los 60’s con sus colores pasteles.
Me gusta mujer bonita cada que la pasan en el televisor me quedo a verla. Me gusta salir y estar
todo el día con holga; guarda cosas que se me olvidarán y después de revelar el rollo las volveré a
recordar, a pesar de no salir mucho con ella hubo un tiempo en que la cargaba tanto en mi bolso,
ya saben por si se ofrecía algo. Me gusta caminar sola, mirar a la gente mientras lo hago. Me gusta
el respirar del acordeón, creo va muy bien con el caminar de la gente, me gustaría tener uno. Me
gusta perderme en perspectivas, caminar paralelamente con el infinito. No me gustan las
espirales, aunque gran parte del tiempo siento que he estado andando una y otra vez en ellas. Me
gusta no tener la manía de estar viendo el reloj, no estar al pendiente de eso. Me gusta mirar por
la ventana, cuando llueve, cuando el piso está seco. En los viajes siempre me gusta ganar el
asiento de la ventanilla. Me gusta la naturaleza, me gusta tocar la cintura de los árboles, ver las
nubes pasar sin buscarles forma, sólo mirar como se mueven. Me gusta pisar hojas secas. Me
gusta quitarme los zapatos cuando camino cerca del pasto y sentirlo. Me gusta aventar rocas. Me
gusta caminar a la orilla del mar y mientras ir recolectado conchas, para cuando me canse de
caminar, arrojarlas de nuevo al mar. Me gusta el sol, aunque a veces golpea; como cuando una
madre regaña a su hijo, pero también consuela y sientes una caricia. Me gustan las flores, pero me
gustan más cuando se secan, creo que no han dejado de ser bellas, es como el coqueteo de las
jacarandas, aún cuando las flores están en el suelo siguen llamando nuestra atención.
Me gustaba tomar los libros del gran librero de mis tíos, creo ahora hay demasiado polvo, creo
que no era tan grande como lo recordaba. Me gusta que mi closet esté lleno de disfraces, cada día
soy un personaje nuevo. Me gusta ir al closet de mi abuela, ver que puedo encontrar, usarlo,
después regresarlo como si nada hubiera pasado. Me gusta dormirme en la cama de mi mamá
cuando ella no está y despertarme antes de que llegue e irme a mi cuarto. Me gusta cuando mi
abuelo se esconde detrás de la puerta, para no tomar su medicina, vaya que hace el trabajo más
difícil y mi abuela solo se ríe. Me gusta saber que cuando él estaba enamorado le llamaba “pelusi”,
ahora creo sus pies acompañan un baile distinto, los veo, están lejos al parecido de las fotos de la
maleta azul, pero son ellos.
Me gusta la pintura, entre ella me gusta la pintura impresionista; porque es como si de pronto
mis ojos después de ver la luz sólo pudieran ver manchas de colores y siluetas, es cuando la
imaginación aparece tratando de completar esas imágenes. Me gusta Lautrec, sobre todo me
gusta su cuadro de Jane Avril (1893) abandonando el Molino Rojo, me gusta que a pesar de
involucrar a varios personajes en sus pinturas, siempre existía el principal el que tenía más
detalle, después los planos que le siguen vayan perdiendo fidelidad, como si lo demás no
importara. Me gusta observar la luz en el renacimiento. Me gustan las líneas expresionistas y su
fuerza. Me gusta ver las composiciones de Edward Hopper, me gusta llorar con un cuadro;
recientemente lloré con John Martin y sus pinceladas en “La destrucción de Pompeya y el
Herculaneum” (ese día éramos él y yo, dejo de ser un cuadro). Creo en su totalidad me gusta llorar
por ver algo que me mueva y me haga sentir, porque me recuerda que todavía estoy viva. Me
gusta creer en el cine como una fábrica de sueños, me gusta creer en magos como Bergman y
Fellini. Me gustan los payasos, el circo, pero siempre encuentro interesante al pierrot, creo que es
real para mí aunque a veces juegue con la tristeza, creo por eso me gusta. Un día quise olvidarme
del circo y lo que trae consigo, pero no pude.
No me gusta verme al espejo, nunca me reconozco, pasé un día completo sin mirarme al espejo,
me gustó ese día. Me gusta el lunar que tengo cerca del labio, una vez alguien me dijo que ese
puntito sabía todos mis secretos. Me gustan las sombras que reflejan lo que queremos, como en
“La despedida” (1958) de Remedios Varo. Me gusta estar sola por la mañana, en la tarde
acompañada, unos amigos tal vez, para después reservo la noche, algunas veces es suficiente con
estar nosotros dos y hablarnos en lo que llega un nuevo día. Me gusta Eduardo, la forma en que
me mira, me gusta cuando me ve como un niño travieso y empieza a jugar conmigo, a
molestarme, terminando con un beso. A él no le gusta que le llame así, a mí me gusta hacerlo por
eso. Me gustan sus manos y mi cuerpo en su tacto. Te amo “palabra de estudiante pobre” aunque
a veces no lo diga seguido, me gusta cuando lo hago.
Creo hasta el momento nada ha cambiado, habrá cosas que me dejen de gustar pero, estoy segura
que las que menciono aquí, seguirán gustándome por un buen rato.
Ale dice
¡Hola! Karla.
Hubo varias imágenes que se me quedan, que así solitas recrearon un buen de cosas dentro de mí; en especial me intrigó lo del collar plateado y me encantó lo de ”
el respirar del acordeón, creo va muy bien con el caminar de la gente, me gustaría tener uno.”, También me gusta verte en la cama de tu mamá y me gustó imaginarme a tu abuelito escondido en la puerta para que no le den sus medicinas.
Que chido que te gustan tanto los cuadros. Yo no sé mucho de artes plásticas, pero sin duda me atraen y me intrigan.
tyess dice
Una lista de las razones para seguir luchando por llegar al día siguiente… Sí, creo que me hace falta. Mi versión de eso, es mi lista de libros favoritos y la lista de libros y autores por leer. Es lo que he hecho sin pensar que se trata de eso, de motivación. Hubo un tiempo en que era diferente. Tenía montones de listas y ni siquiera era consciente de ellas.
Ahora, leyendo tu entrada, me pregunto donde están esas listas, y si todavía significan algo (algo más que nostalgia) para mí.
No tengo respuesta, sólo unas grandes ganas de hacer una lista, no para mis contactos de facebook, ni para mi yo presente que sabe bien lo que le gusta, si no para esa que voy a ser mañana, que seguro querrá saber si lo que me gusta hoy significa algo más que nostalgia para ella.
Ale dice
Tyess. Si te animas a compartir esa lista para la futura tú, para mi será un placer leerla. ¡Mándala! Un abrazo.
Josue dice
Me agradó el ejercicio, y veo que hay entusiasmo, nuevamente, por participar. ¿A quién no le gusta hablar de sí mismo?
Aunque es muy interesante también conocer algo o mucho de los que conviven con nosotros, de algún modo, y darse cuenta que también hay vida del otro lado del monitor.
Alejandro, qué chido que tengas una mujer y un hijo y que los ames así.
¿Qué me gusta?
Me gusta el sol, Alicia y las palomas…
No, esa es una canción, ¿no? Me gustan hartas cosas, pero no me había puesto a pensar, concentradamente, cuales. Sé que me gusta la comida, cocinar, compartir lo que cocino, que a otros les guste lo que cocino. Me gusta la música, en particular la que provenga de cualquier guitarra, desde Hendrix a Orianti y de Paco de Lucía a Silvio Rodríguez. Me gusta hacer música, me gusta cantar. Me gusta el silencio, por sobre todas las cosas. Me gusta ver a mi familia hacer sus cosas, a mis papás y a mis hermanos, no necesito interactuar, sólo con verlos, como un espectador de primera fila en un reality show. Me gusta leer, encontrar frases, versos, fragmentos, capítulos hermosos y coleccionarlos, transcribirlos, copiarlos, guardarlos y compartirlos a veces en redes sociales aunque nadie los pele. Me gusta la rutina, saber, más o menos, donde voy a estar mañana y haciendo qué. Me gusta soñar despierto, me gusta ver a las chicas en la calle, imaginar sus vidas, cómo hablan, cómo huelen, cómo aman, cómo miran cuando aman, cómo lloran. Me gusta el básquetbol, jugarlo, sobre todo, añorar los viejos y buenos tiempos cuando era rápido, delgado y temido en las canchitas de la colonia Las Flores, cuando llegabamos a echar la reta mis hermanos y yo. ¡Qué tiempos!
Sería interminable ponerme a listar todo lo que me gusta, pero muchas gracias por hacerme recordar que el mundo es mejor de lo que suelo pensar cuando me quejo de lo que no me gusta.
¡Saludos!
Danie dice
ME GUSTA
Me gustan esos días en que despierto cantando y sin razón alguna solo porque abrí los ojos estoy feliz. Me gusta desayunar rico y basto. Me gusta despertar con tus mensajes de texto y con tu voz chillona porque me extrañas y quieres hablar conmigo. Me gustan los días soleados, esos donde me puedo poner un vestido corto para lucir mis piernas. Me gusta hacer mi trabajo con eficacia, porque bien sé que si uno hace las cosas con amor se cosechan grandes frutos y mi trabajo es lo mejor que se hacer. Me gusta sonreír a la gente en el transporte, sacarlos de onda cuando ven que una chica extraña les sonríe. Me gusta cantar en voz bajita en el transporte público, pienso que algún día alguien me preguntara ¿A poco conoces a x banda? Y tal vez consiga nuevos amigos. Debo confesar que me gustaría alguna vez cantar en el micro o metro… alguna de mis canciones favoritas como de Gepe o Prëhistoricos… Me gusta cómo se enchina mi piel cuando escucho mi música favorita en un concierto, me gusta sentir cómo mi corazón se acelera al ritmo de la música y sentir como se alegra mi alma. Me gusta compartir mis gustos musicales, aunque la gente no entienda ni madres de lo que hablo. Me gusta que a veces mamá me diga si mi amor, porque se nota tierna y aun nos trata como bebés… aunque somos unas jovencitas de veintitantos…
Me gusta Fernando, y me gusta recordar cómo es que nos hicimos novios, me gusta cuando viene a casa después de no verlo durante semanas… Me gusta disfrutarlo entre mis brazos, entre mis labios, entre mi cuerpo. Me gusta comer con él, hace que cualquier comida satisfaga mi estómago y corazón de una manera hermosa suena estúpido pero así es. Me gusta, que a veces desaparezcas hace que se vuelva deseable. Me gusta que se abalance sobre mí, y me llene de besos y abrazos toscos pero llenos de amor. Me gusta que sea el quien sea mi amigo, mi cómplice, mi amante.
Me gustan mis amigos, salir con ellos a jotear y ser muy perra y bufar a todas por feas y ridículas. Me gusta bromear y ponernos al tanto de nuestras vidas aunque a veces no nos veamos seguido. Me gusta ir a la purísima y bailar media peda pura canción de cuando éramos pubertas.
Me gusta portarme mal, Me gusta hablarle y que me hable, provocarnos, para que nos juntemos en algún lugar y solo disfrutar… Me gusta sentir sus labios sobre los míos, me gusta salir con él y que me haga sentir especial y única aunque solo sea por esos momentos. Me gusta estar sola y recordarle con mis dedos tibios, me gusta retorcerme en mi cama sabiendo que él fue mi inspiración. Me gustan los besos en el cine, y sentirte duro sobre los jeans. Me gusta que tomes mi mano fuertemente y la pegues ahí donde te gusta a ti… CHIN! Creo que también me gusta el…
Me gusta imaginar que los chicos guapos que veo por la calle son mis novios aunque y que si cruzamos la mirada en mi mente ya los estoy besando…
Me gusta conocer gente positiva, que me anime hacer y ser cosas nuevas, que siempre te motive a ser más de lo que una ya es. Me gusta saber a fondo lo que me gusta.
Me gusta que extraños, como Alejandro Carrillo me muevan a hacer esta lista y descubrirme un poquito más.
Ale dice
Josue, compa, perdón por la harta tardanza: se me traspapeló digitalmente tu comentario. Con lo que más me indentifico es, además de con imaginar como huelen o como aman otras mujeres, es con eso de ser el más temido de las canchitas de la colonia, no porque yo hubiera sido bueno en el basket ni en ningún deporte (¡sólo en el ping pong!), sino porque tal vez me habría gustado serlo y sentir esa velocidad basketbolera canchera barriera.
Abrazos y gracias por compartir.
Ale dice
Danie, no manches, a mí me gusta leerte e imaginarte ahí imaginando como eres novia de los chicos guapos y como los besas… jeje, hay un intimidad chingona en tu escrito que me deja ver las cosas a través de ti, que me acerca más, eso creo y siento, a como con esas extrañas criaturas llamadas chavas: ¡A huevo! Gracias por dejarme ver a través de tus ojos y tus manos: Chido.
Maty dice
Me ha gustado mucho tu ejercicio Alejandro, así que ahí van mis Me gustan.
Me gustan los días en que puedo ser yo misma, me gustan los días soleados que invitan a salir y recorrer las calles donde vivo, me gusta la lluvia, ver las gotas caer y hacer plop plop plop, me gusta mirar las nubes y buscar dragones, unicornios, caballos o extraterrestres en ellas, me gustan los árboles y todos los tonos de verde que se puedan encontrar, me gustan las bugambilias, en todos los tonos y formas, como dice mi Yumiiki- cuando ven colores se ríen mis ojos- me gusta la sandía, me gustan los helados; mitad sabor elote, mitad sabor chocolate, me gusta bañarme con canciones de Carla Morrison, me gusta consentirme y ponerme mi ropa preferida, esa que creo que me resalta mis senos y hace que algún despistado voltee a mirarme, me gusta ponerme mi perfume preferido aunque no salga a la calle, me gusta leer, me encanta leer, me gusta Stefan Zweig, Yasunari Kawabata, King, Murakami, Gabo, Bradbury y tantos y tantos más, me gusta escribir y me gusta leer lo que escribía a mis 18, 23,25, 30, lo que sentía, lo que me preocupaba, lo que me dolía.
Me gusta mirar por las ventanas, se me hacen la mejor parte de una casa, me gusta despertarme y abrir una ventana, mirar mis bugambilias y decir; hoy será un gran día. Me gusta dormir y me gusta soñar, me gusta escribir mis sueños y compartirlos con mi héroe, me gusta escribirle cartas y dejar constancia de mi amor por él, me gusta decirle cuanto le amo y sobre todo demostrarle ese amor a besos, besarle los ojos, las arrugas de su entrecejo, las cicatrices en su espalda y demorarme ahí donde sé que necesita más amor, besarle hasta que no tenga ninguna duda de que soy suya.
Me gusta este pensar Alejandro, poner las cosas que nos gusta y por las que seguimos existiendo y respirando cada día…
Saludos y sigue escribiendo, me gusta leerte.