Por fin los ruidos se detienen. Son las dos de la mañana y me acabo de parar de la cama parano despertar a Lydia con mi tos. Probablemente nadie de ustedes sepa quien es Lydia, ni que hace ahora en este blog. Yo, hasta hace cuatro meses no sabía quien era ella y ahora duerme en la cama de la habitación de nuestra pequeña casa en la colonia postal…sigue leyendo