En estas últimas madrugadas, en las que casi no he podido dormir por la tos de perro que me aprieta la garganta y que más bien pareciera una garrapata gorda y jugosa, he tenido que ponerme a hacer algo en la cama, completamente enderezado, en lo que se me pasa el ataque. Además de seguir leyendo la espectacular biografía de Dylan, Behind the Shades (la reedición del 2011), volví a empezar a leer el que tal vez sea mi libro favorito de todos los tiempos: La mano izquierda de la oscuridad… sigue leyendo