El sábado en la noche me compré mi sombrero norteño, negro, de 100 pesos, cuando salía del gran bailazo del Deportivo Xochimilco. Platiqué un ratito con el chaval que atendía los sombreros, de todos los colores, delicados en tonos rosas y azul pastel para las señoritas llenas de perfume, o con tonos obscuros y alacranes estampados, por eso del famoso duranguense… Sigue leyendo