Sri Avinanda, con su mirada pausada y la dulce sonrisa que se escapaba de su cara como una paloma, observaba a sus discípulos en el salón principal del Ashram. Kate había soñado con ese día desde hacía mucho; había dejado todo, había cruzado el mundo y hoy, por primera vez, estaba frente a su maestro. […]
La señora trude
Hace mucho tiempo vivía una niña obstinada y preguntona; desobedecía cualquier cosa que le dijeran sus padres, no le hacía caso a nadie. Un día la niña les dijo a su papás: “He escuchado hablar de la señora Trude muchas veces y tengo ganas de ir con ella. Me dijeron que la señora Trude es muy extraña y tiene muchas cosas raras. No puedo quedarme tranquila si no visito esa casa, necesito ir para satisfacer mi curiosidad”…sigue leyendo
En las colinas, las ciudades
Hasta la primera semana de su viaje por Yugoslavia, Mick no descubrió la clase de fanático político que había elegido como amante. Ciertamente se lo habían advertido. Una de aquellas reinas en los Baños le había dicho que Judd se encontraba a la derecha de Atila el Huno, pero aquel hombre había sido una de las anteriores aventuras de Judd, y Mick supuso que había más despecho que realidad en tal afirmación. Si le hubiera hecho caso no estaría ahora conduciendo por aquella interminable carretera un Volkswagen, que de pronto le parecía del tamaño de un ataúd…sigue leyendo