Hace mucho tiempo vivía una niña obstinada y preguntona; desobedecía cualquier cosa que le dijeran sus padres, no le hacía caso a nadie. Un día la niña les dijo a su papás: “He escuchado hablar de la señora Trude muchas veces y tengo ganas de ir con ella. Me dijeron que la señora Trude es muy extraña y tiene muchas cosas raras. No puedo quedarme tranquila si no visito esa casa, necesito ir para satisfacer mi curiosidad”…sigue leyendo