La semana pasada, mientras llevaba a mi bebé a su guardería en un taxi, el taxista, un tipo muy simpático, vio un puesto de barbacoa y empezó a hacer algunas bromas. Por suerte se me ocurrió prender la grabadora del teléfono. La anécdota es muy buena, disfrútenla.
Ale, definitivamente la realidad supera la ficción, excelente tu blog.
Felicidades