La semana pasada, mientras llevaba a mi bebé a su guardería en un taxi, el taxista, un tipo muy simpático, vio un puesto de barbacoa y empezó a hacer algunas bromas. Por suerte se me ocurrió prender la grabadora del teléfono. La anécdota es muy buena, disfrútenla.
Cecilia dice
Ale, definitivamente la realidad supera la ficción, excelente tu blog.
Felicidades