Ezra Pond se ha vuelto uno de mis poetas preferidos. Junto a la mesa de noche (en realidad es mi escritorio) tengo un ejemplar de Personae donde vienen sus primeros libros y sus poemas cortos. Cada noche regreso a Pound: a sus sorpresivos y versátiles estilos; a sus versos perfectos, como pozas claras donde se reflejan nuestros ojos.
Hace unos días llegue a este poema, “La zambullida”, y resulta que el poema refleja el momento por el que estoy pasando. Esta etapa de mi vida algo vieja, algo reseca y de bordes quebradizos, llena de sillones rojos de felpa, vasos con adornos, vitrales, equipos de sonidos de última moda, televisiones HD, dinero falso, vacio, y la comoda y aburrida vida de la espera.
Quisiéra yo también, como dice Ezra, sacudirme la comodidad- es como una caspa espesa que se acumula en mis hombros- y sumergirme en la cara de lo Nuevo, y besar su rostro alargado, y sus labios hinchados y casi transparentes de tanto besar.
La Zambullida
de Ezra Pound
Me gustaría bañarme en la extrañeza:
¡estas comodidades amontonadas sobre mí, me ahogan!
¡Me quemo, ardo en deseos de lo nuevo,
amigos nuevos, caras nuevas,
lugares!
Oh, estar fuera de esto,
de esto que es todo lo que yo anhelaba
-menos de lo nuevo.
¡Y tú,
amor, tú, la tan deseada, y más aún!
¿No aborrezco todos los muros, calles, piedras,
todo fango, bruma, toda niebla,
toda clase de tráfico?
¡A ti te querría fluyendo sobre mí como el agua,
oh, pero lejos de todo esto!
Hierba, y praderas, y colinas
y sol,
¡oh, bastante sol!
¡Lejos y a solas, entre
gentes extrañas!
karla dice
Huy! si que me gusto heee no lo conocía!!
Ale dice
sí, no manches, el maestro Ezra es genial, aver si pronto subo uno que me gusta todavía más.