Ender, el Portavoz de los muertos, frente a la praça atestada de gente. Ahí están todos, Novinha, Miro, Ohuanda, Greg, Quim, y hasta el obispo. Es de noche. El cielo de Lusitania sonríe, algo nervioso, tal vez porque presiente lo que se avecina: el Portavoz está a punto de hablar la vida de Çao, el perro, el esposo de Novinha muerto hace un tiempo por una extraña enfermedad congénita: poco a poco todas las células de sus órganos se convierten en células de un tejido graso, como si hubieran olvidado porque estaban ahí y prefirieran dejarlo todo y descansar en el mar de grasa que se come el resto del cuerpo.
Más allá de la verja, donde termina Milagro y se extiende el bosque prohibido, los Cerdis hablan con la Reina Colmena ( sí, la única que queda de la especie que Ender aniquiló hace más de 3500 años en la tercera invasión de las guerras inspectoras).
En la Praça Ender sube al templete. Todos ponen atención; nadie antes ha oído hablar a un Portavoz de los muertos en este católico y pequeño y aislado planeta (el mundo más cercano es Trodheim, a 22 años luz -sólo dos semanas de viaje de un mundo a otro pero 22 años corrientes para cualquiera de los que se quedaron en uno de los dos planetas).
Pero qué es un Portavoz de los muertos. No es un sacerdote, ni un monje. Es el que habla por los muertos.
Ender tiembla. Nunca ha hablado una vida tan difícil, tan llena de miseria y dolor. Está nervioso porque hablar la vida de un hombre no se reduce a recordar lo bueno que fue o a ensalzar los logros que tuvo. Un Portavoz se pone en las zapatos del muerto y habla desde el motivo más profundo que lo impulsó ha vivir así. No dice lo que el muerto pensaba de sí mismo, ni lo que pensaba su familia ni nadie más. Dice lo que había en su corazón, el motivo real que lo llevó a amar, a torturar, a ser tierno, a esperar, a golpear a su mujer, a rezar todas las noches.
Los ojos de los Lusitanos se encienden cuando Ender alza la voz y empieza a hablar la vida de Marçao, Çao, el perro.
Los Cerdis en el bosque están ansiosos. Tal vez algún día el Portavoz quiera hablar su historia, comolo hizo con La Reina Colmena, hace tantos años, justo después del genocidio.
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Bueno, ¿Quieren saber que es lo que dijo Ender?
Lean La voz de los muertos, de Orson Scott Card. Es el segundo volúmen de la Saga de Ender ( el primero es El juego de Ender -el de las guerras insectoras-). Cómo ven todavía estoy encandilado por la historia. Por eso en cuanto lo acabé viene aquí a escribir esto. Para seguir cerca de ellos, en Lusitania, junto a los Cerdis y sus arboles-padre, viendo hacia las estrellas, observando como los humanos llenan todos los mundos.
Si les gusta y quieren más aquí esta este poema que me aventé inspirado en la historia.
La voz de los muertos
Un genocida y un salvador
Un extraño y uno mismoHay una gota de ADN
En cada uno de los cien mundos:
Hélices de enfermedad y medicina
en su vozEncerrado en un capullo de cartílago rojo
Golpeando desde adentro
Todos los secretos que se dicen al mismo tiempo
Todas las realidades que se desprenden
De cada átomo
Que podemos serY un Portavoz que cante nuestra historia
No la historia de los demás
Ni de quien creímos serUn Portavoz que cante la muerte de cada vez que estuvimos vivos
Un Portavoz que cante los milagros del horror
y el dolor de cada milagro