Se me hacen ingenuosy ridículos los escritores (buenos, malos, geniales, consagrados, premiados, becados, reconocidos, alabados o desconocidos) que creen que la literatura es algo inmortal, etéreo e inmortal, que los hará vivir por siempre: cuando su viejo cuerpo termine de romperse y suspiren sus últimos poemas, su gran “Obra” literaria los precederá y los hará pasar a la historia y serán inmortales y adorados por siempre.
Bueno, es una mamada. No se lo crearan, la literatura y el arte es valiosa justamente por lo contrario, por que vive en el presente y nos permite comunicarnos y expresar la belleza y el dolor aquí y ahora. No hay nada inmortal: ni si quiera el sol. Hasta el universo dejará de moverse algún día. ¿Entonces, cómo es posible que un montón de papeles con la firma de Cervantes o Tolstoi o Rimbaud vayan a conservarse? ¿ Y aunque así fuera, qué? ¿A Rimbaud con sus fiebres y esclavos le va a servir de algo?
Una vez un escritor y maestro de literatura me dijo que había que tener cuidado con las obras en proceso y los apuntes y los borradores; había que ser muy celoso con lo que salía a la luz, para que cuando muriéramos dejáramos atrás una obra impecable para pasar a la eternidad sin errores, como es debido.
¿Porque la obra de un escritor tiene que ser perfecta, porque no puede hacer el ridículo y tener el derecho de sólo escribir por escribir, sin ser genial, o bueno? Esa premisa, además de ser estúpida, crea una presión innecesaria en muchos escritores y más en los que, cómo yo, estamos aprendiendo a escribir.
Por esa clase de dogmas ( la literatura esta plagada de todo tipo de mitos y clichés, por ejemplo: el terrible miedo a la hoja en blanco, el dramático bloqueo de escritor, tener que escribir todos los días, etc etc) la gente no escribe o tiembla antes de ponerse en la máquina de escribir. Porque pensamos que realmente estamos haciendo algo muy importante, trascendental, inmortal, que tenemos que ser impecables y hacer bolitas y tirar a la basura todo lo que sea una mierda.
Pero no hay nadie que sea buen escritor siempre y yo digo que para serlo también tienes que ser malo, o permitirte ser malo Lo suficientemente chafa para no preocuparte por el resultado final de la obra y sólo dejarte ir, disfrutar, escribir y compartir.
La mayoría del tiempo me la paso escribiendo cosas malísimas, o malas, o regulares, y sólo a veces salen algunas cosas buenas de entre la maleza. Por eso me sirvió mucho hacer el proyecto de escribir 100 poemas en 100 días. Échenle un ojo y vean la cantidad de poemas malos que hay. Por mucho les echan montón a los poemas buenos. Y no pasa nada. Me gusta pensar que, igual que “la luz es la mano izquierda de la oscuridad y la oscuridad es la mano derecha de la luz”, el buen y mal escritor son un sólo, y son inseparables, y están juntos todo el tiempo.
La literatura no es una disciplina ni arte ni actividad mejor que otra, o más acá o más elevada. No les crean a los poetas mamones que se creen más que otros por su nivel de sensibilidad y percepción y expresión. Las profesiones están huecas por dentro y lo que las hacemos sagradas somos nosotros. Albañiles y carpinteros y arquitectos y cocineros y poetas entran todos en el mismo saco. Para mi la literatura es sagrada porque me deja hacerme caso, porque es lo que me gusta hacer más y porque si no escribiera seria darme la espalda a mi mismo. Pero no por otra cosa. Si mi vocación fuera diferente, y la respetara, seria igual de sagrada.
Ya por último, que ya me manché con tanto choro, les dejo este poema de Eduardo Cazar que dice más claramente que yo, y en muchas menos líneas, este rollo de la eternidad.
pd: eso sí, el único inmortal, es Bob Dylan.
Hermaglobina uno
Dentro de 4 500 millones de años
el sol se habrá apagado.
Ese redondo dios que se quemaba
y al que no lo frenaba ni si quiera una coma,
disolverá sus bordes, cansado
de entretener su masa sin leños y sin ramas.
Y cuando el sol se apague
ni los cuentos de Borges
van a sobrevivir. Homero
no es un nombre inmortal,
ni siquiera
quedará el polvo seco
de su calle en Polanco.
El tiempo es la orilla
y nosotros y el sol
somos los que pasamos.
Y mientras tú estableces
los cables invisibles y los puentes colgantes
entre calles cercanas y ciudades distantes.
Tus puentes
no solamente abarcan el espacio:
también el tiempo queda suspendido
entre una carta y otra,
como un equilibrista
que se detiene para concentrarse.
¿Cuánto puede durar el tiempo equilibrándose
hasta que el universo cruja y se transforme?
El sol se irá apagand0. Ese dios curvo
no tuvo piernas
para eludir su hoguera desatada.
Nosotros, mientras, construyamos los puentes.
Amarremos adornos sobre los pasamanos.
Fran dice
Como siempre sublime en tus escritos. Buenísima la reflexión.
Ale dice
Gracias, camarada. Al contrario, honor que me haces al pasar por este diario. Abrazos.
tyess dice
Tampoco creo mucho en la importancia de la “inmortalidad” y sí, nada eterno hay. Por eso hay que aprovechar el presente. Eso sí, tampoco creo que eso sea razón para no esmerarse, aunque eso de estar esperando que nuestros resultados sean los correctos es absurdo, dado que en gustos no hay nada escrito.
¿Que nuestra obra no es perfecta? Nada lo es. Pero que no sea porque no lo intentamos. Como bien señalaste, la importancia de nuestro arte, oficio, profesión o cualquier otra actividad posible, se la damos nosotros.
Muy interesante detenerte a reflexionar todo esto.
Ale dice
Tyess, gracia también por compartir aquí tus reflexiones.
Estoy de acuerdo en que hay que esmerarse, si es que uno quiere compartirlo después, pero no hay que estar pensando en eso en el momento en que se escribe, y creo que tampoco hay que preocuparse por esconder los intentos en ciernes de algo que podría ser bueno… no pasa nada…
Ursula dice
Qué chido tu post. 🙂 Lo leí justo después de escribir algo que se relaciona con lo que dices. Inche inconsciente colectivo. 😛
http://ursulafuentesberain.wordpress.com/2012/08/16/contra-el-cursor-titilante/
Ale dice
Jajaja, qué chido, Ursula… aver, déjame echarle un oclayo a tu post…
Jhr cronos dice
Inmortales no.
Pero pueden durar bastante. El Poema de Mio Cid va para mil años.
Ale dice
De que mil años son bastantes, sí, cierto, pero… (y esto va asonar muy mamón, jeje) ¿Qué son mil años comparados con la vida del universo?… 🙂
Ever Ballardo Martínez dice
Me llamó mucho la atención esta parte: “…Pero no hay nadie que sea buen escritor siempre y yo digo que para serlo también tienes que ser malo, o permitirte ser malo Lo suficientemente chafa para no preocuparte por el resultado final de la obra y sólo dejarte ir, disfrutar, escribir y compartir…”
Creo que todos tenemos este derecho, sin embargo, esas cosas que escribo solo por escribir, sin preocuparme por el resultado, nunca las publico; las dejo para mi, porque considero que el tiempo y el aprecio de los lectores merecen un mejor esfuerzo.
Muchas gracias por esta entrada: ¡está buenísima!
Ale dice
Ever, muchas gracias por tus comentarios.
Sí, no se trata tampoco de presumir lo que queda mal, o intentar publicarlo así, pero, tampoco tomarse en serio si alguien lo encuentra… bien pueden servir para compartir nuestro proceso creativo, y demostrar que para llegar a algo bueno tuvimos que pasar por todo eso…
Mawar Hitam dice
¡Cuánta pinche razón! concuerdo completamente en que esas presiones que nos ponen sobre los hombros no son mas que mamadas.
Y perdón la expresión, pero cuando uno empieza en esto de escribir [por la razón que sea] nunca faltará quién quiera decirte cómo hacerlo.
En mi caso, un ex-profesor, siempre me decía ‘escribe algo sobre tu tierra’, ‘escribe algo que le interese a los jóvenes’, pero nunca se ponía a pensar qué es lo que me interesaba a mí, cuál era mi verdadera tierra.
Antes sí, me aplicaba el cuento de las mil y un correcciones, quitando, poniendo, cambiando.
Ahora no, siento que me traiciono a mí mismo, que me corto el alma yo solito. Ahora escribo lo que me gusta porque se siente bien y no me importa si lo leen o no.
Me sentí muy bien leyéndote, y cómo no, seguiré haciéndolo.
pd: Leí también el post de tu hijo, muchas feicidades por esos años que vendrán acumulándose unos sobre otros 😀
Ale dice
Máster. Que placer leer tu comentario. A huevo. Creo que la primera fase, la mas importante desde el punto de vista trascendental, es lo que uno escribe desde el corazón, sin filtros. Y en esa fase podemos hacer todo, sin pensar si somos buenos o malos, y escribir así es delicioso. Jajaja. Si te latió esto te va a gustar el manifiesto de los escritores que sólo quieren escribir. Te lo comparto pronto.
Abrazos y bienvenido al blog.
Otto dice
Hola Ale.
Iba a escribir un comentario hablando de lo paja que me pareció el post, pero no. Ahora quiero agradecerte por este cambio de perspectiva, pues yo soy mucho de escribir intentando agradar, pero en realidad solo me siento bien con lo que yo considero que en realidad es mi esencia y normalmente esos textos no los saco a la luz, se quedan en mi cuadernito acumulando miradas que solo me pertenecen a mí. Me agradas a pesar de no conocerte más que por tus letras, he leído muchos de tus posts antes de decidirme a comentar en alguno, y he decido que seas uno de los primeros a los que les muestre mis textos más personales. Te lo trascribo aquí:
“Yo la quiero, compadrito. Ella es una palomita con ojitos de capulí, de pollera colorada y mejillas de manzana. Hizo un nido en mi maizal, canta por las tardes y de puro lindo hasta el viento calla. Yo la quiero, compradito. Tiene algo en la manera de andar que parece de aire y no de carne. No sé si me entiende, compadrito, pues nunca vi cosa más linda. Ella es pura mermeladita de sauco, puritito cielo, parece un ángel en fiesta, compadrito, cuando baila un carnavalito. Y sus manos compadre, sus manitos, !Qué detalle de Dios!, sus dedos parecen ramitas de retama, son manos para tocar el cielo, compadre. Sólo la Virgen de Loreto tiene manos más lindas.
Yo digo que se ha escapado del paraíso, compadrito, un angelito caído por casualidad. Porque su risa parece misa, dan ganas de rezar al oírla, así de pura, así de linda. Y usted sabe que no soy cristiano, compadre.”
Un abrazo.
Ale dice
Guau! Que bonita sorpresa. En serio. Digo, no se si es parte de un cuento o un poema o que, pero me gusta. Escribes muy bien. Con ritmo. Es un placer leer el textito en voz alta. Ahhh. Que gusto. Me dejó con un buen sabor de convoca. Creo, de verdad que bien haces en empezara sacar a la luz estas letras. Este, en especial, ¿Es parte de algo mas? Abrazos, Otto, y bienvenido.